Situadas en Castellón, en la Vall d’Uxó, se encuentran las Cuevas de San José.

Es un entorno privilegiado, cerca de la Sierra de Espadán, declarado Parque Natural desde 1988 por sus valores naturales y paisajísticos y su rico patrimonio arqueológico e histórico. Además podemos ver las típicas industrias de cerámica, tan populares en la zona, los naranjos que cubren de verde toda la zona costera, mientras que el secano se va abriendo paso conforme nos acercamos al paraje de San José.

En las montañas de alrededor hay senderos para poner en valor y poder ver restos de las fortificaciones, refugios antiaéreos y trincheras de 1938, época de la República.
Aquí estaba la línea defensiva de Levante, de unos 100 kilómetros, que hacía de freno al avance de las tropas hacia Valencia.
Destacan las laderas sombrías, con poca luz y mucha humedad, que han creado adaptaciones en la flora de la zona, donde abundan las plantas trepadoras, de hojas duras y estrechas para aprovechar tanto la luz como el agua.
La Vall es el camino natural del interior a la costa. El lado Oeste era defendible pero en el Este necesitaron una muralla defensiva. Esta fue una ciudad romana más importante que Arse, la actual Sagunto. En 1939 unas excavaciones para construir edificaciones sacaron a la superficie los restos del asentamiento íbero/romano en las inmediaciones de las cuevas. En los años ochenta pasó a manos del Ayuntamiento.
Tanto las Cuevas de San José como el resto de cuevas tenían una situación geográfica estratégica, por ello estuvieron ocupadas desde el Paleolítico Superior, hace unos 16000 años, como atestiguan las pinturas rupestres de color rojo y estilo esquemático halladas en las cuevas.



En la Edad de Bronce los hábitats estaban en lo alto de las montañas, fortificados con murallas y torre de vigilancia. Así controlaban el territorio, el paso de ganado, mercancías y de gente.
De época íbera se han encontrado en Punta de Orley murallas, acrópolis y torres. Y en Poblado de Sant Josep restos de muralla, dos torres, calles y casas íberas y romanas.

En el siglo IV las colonias agrarias romanas y las explotaciones agropecuarias se establecían en la villa romana de Uixó.
Ya en época árabe se establecieron 12 alquerías al lado del río Belcaire que se unieron formando dos núcleos urbanos, cada uno independiente, con su propia zona industrial y su necrópolis. Estaban encargadas de la seguridad del valle.
En época de reconquista, siglo XIV, Jaime I incorpora la Vall a su soberanía y da permiso para celebrar mercado los viernes. En 1436 Alfonso el Magnánimo dio a su hermano Enrique, duque de Segorbe, la Vall y ésta se convierte en señorío en el siglo XIX.
Tras la expulsión de los moriscos en 1609 la población se sustituía por moriscos pero en la Vall éstos conservaron sus casas, trabajaron sus tierras y realizaron actividades industriales, aunque siempre bajo control cristiano.
En el siglo XVIII hubo un aumento de población y expansión urbanística. las antiguas alquerías se aglutinaron en el Poble de Dalt y de Baix, cada uno con su propia parroquia, el Santo Ángel y la Madre de Deu de la Asunción respectivamente. En el siglo XIX ambos pueblos se unen y los arrabales se aglutinaron y conformaron una plaza central, donde hoy se encuentra el Ayuntamiento.
Ya en el siglo XX se da un aumento de la inmigración por la industrialización, empresas de calzado. En los años 90 se cierra la fábrica de Segarra, lo que provoca una diversificación de la industria y un aumento del urbanismo.
Los acueductos de la zona forman parte del sistema de conducción hidráulica que se inicia en la Fuente de San José. De aquí arranca la Acequia Mayor que llevaba las aguas a la acequia de Benihazar. Los acueductos se construyeron para salvar el cauce del barranco de Aigualit y llevar el agua a los molinos o cauces de acequias que regaban la huerta.


El acueducto más grande, de cinco arcos, tres ojivales y dos de medio punto, es de época romana. Trajo agua hasta los años 50. Más abajo está el de la Alcudia, un arco de medio punto de época medieval.
En época de Jaime I ya se tiene noticias de un sistema de puentes, conducciones para los saltos de los molinos de cereales, acequias para el riego de la huerta de la Alcudia y Zeneta. Se da un uso agrícola e industrial del agua.


Las Cuevas siempre han tenido un halo de misticismo. En ellas se encuentra un yacimiento paleolítico de unos 17000 años de antigüedad donde se han hallado pinturas rupestres de estilo esquemático del 7000 a.C, Patrimonio de la Unesco. Este yacimiento les proporcionaba refugio y agua. Alrededor se han hallado cerámicas y objetos líticos del 3000 al 500 a.C.
Estas cuevas se encontraron por casualidad en el siglo XIX, los vecinos estaban alrededor de la fuente del paraje por la «Fiesta de las flores», donde los más atrevidos se adentraban en la cueva. En 1902 se hizo la primera exploración alcanzando la Boca del Forn. Un joven estuvo a punto de morir al intentar entrar. Algunos años mas tarde el historiador Carlos Sarthou realizó una exploración parcial.



En 1926 un grupo de vecinos alcanzó el lago Diana, hoy llegamos a través del paso de los enamorados, de 5m de profundidad. Se llama así por la forma en que tenemos que inclinarnos al atravesar el túnel tan bajito. También encontraron la Galería de Sifones, perdiendo a uno de sus vecinos en el intento. Esta galería tiene 60m de longitud. Es el túnel artificial más largo recorrido. En 1929 se instalaron pasarelas para poder dar acceso.
De 1936 a 1950 se hicieron obras de urbanización, se construyó una presa y mediante barrenos se agrandó hasta permitir el paso de las barcas. En 1954 el Centro Excursionista de Valencia hizo la primera exploración de espeleología y cuatro años más tarde se hizo el primer plano topográfico de la cueva.
En 1960 se hacen voladuras con dinamita y se llega al Estanque azul y al resto de salas. El estanque tiene 12 metros de profundidad. Aquí el curso del río es más accidentado. En 1973 se hace accesible la Galería Seca, de 270m de longitud. Aqui podemos ver la Cascada de la Flor, de 13m, uno de los puntos más altos. La Catedral es la sala más alta, tiene 12 metros de altura.
Espeleólogos y escafandristas han descubierto hasta 2348m de longitud. Es la segunda cueva más larga de la Comunidad Valenciana. El rio San José alcanza 2750km de longitud y puede llegar a los 5km pero aún no se sabe ni su comienzo ni su final, aun se siguen descubriendo salas. El agua es dulce y nutre a la Vall d’Uixó. Durante nuestra visita solo se visitan 800m del río, una parte en barca y un pequeño recorrido es a pie.

La cueva en la que se encuentra este río subterráneo está aún activa, por eso hay pocas formas reconstructivas aunque destaca la medusa, el calamar… Hay una temperatura constante de 20º. La iluminación ha elevado la temperatura en algunas zonas y han crecido hongos, algas y helechos. Habitan dos crustáceos y una gamba ciega y transparente. La anguila y el murciélago han desaparecido debido al ruido y la presencia de las barcas pero en la Sala de los Murciélagos aún podemos oír sus ruidos evocando el sonido de antaño.


Durante el recorrido hay un espectáculo de música y color maravilloso. Es el colofón de la visita. También se celebran conciertos en los que el público y los artistas disfrutan desde sus barcas de la música y la especial acústica de las cuevas. Otra de las actividades que se puede practicar es el kayaking. Sin duda las Cuevas son el motor económicó de la zona, dando empleo a muchas personas del pueblo
¿Te gustaría conocerlas? No dudes en ponerte en contacto conmigo y concertar una visita.























