Elche, palmeral de Europa

Este post me hace especial ilusión, ya que siempre es un orgullo hablar del lugar donde nací. Elche es una ciudad que ha ido creciendo y modernizándose a lo largo del tiempo, su fisonomía ha cambiado, pero si hay algo que siempre ha mantenido, es ese paisaje colmado de palmeras que hacen de ella una ciudad incomparable.

Si visitas la ciudad, no esperes encontrar un lugar concreto dónde ver el palmeral, ya que el palmeral es todo, es la primera imagen que verás al aproximarte a la ciudad. Un mar de palmeras majestuosas que la rodean, la abrazan y protegen y le dan esa especial imagen difícil de olvidar.

Existen 2.800 diferentes tipos de palmeras, pero la que abunda en la ciudad es la Palmera Dactilífera o Phoenix Dactylifera, llamada así tanto por su fruto como por ser el único árbol que puede resurgir después de un incendio ya que su savia corre por el centro del tronco, al contrario que en el resto que discurre por el tronco.

La palmera es un árbol conocido en esta zona desde época fenicia, como muestran los fósiles de hueso de dátil que se han encontrado en la ciudad, aunque ya aparecían hace 5000 años en los jeroglíficos egipcios.

También se han hallado monedas antiguas con representaciones de palmera que conmemoran acontecimientos bélicos y religiosos. Y ya en época romana la palmera formaba parte de nuestro paisaje. Pero es en época árabe cuando se introdujo un sistema de plantación y riego conocido como «sistema de Oasis». Es esta la razón por la que somos Patrimonio Mundial de la Unesco desde el año 2000, aunque muchas personas piensan erróneamente que es por la cantidad de palmeras que tenemos, que rondan los 200.000 ejemplares.

La palmera es una planta de porte arbóreo»

La gran cantidad de palmeras que conservamos en la ciudad se debe gracias a Jaime I el conquistador. Durante la época de reconquista cristiana, pero en lugar de eso Jaime I quedó tan maravillado que respetó el oasis que encontró y tras la conquista se siguieron los mismos usos y costumbres anteriores, lo que permitió su conservación.

A lo largo de la historia se han ido promulgando leyes de protección de la palmera, lo que ha permitido que a pesar del crecimiento urbanístico y del establecimiento de la línea de ferrocarril, la palmera no fuera esquilmada.

La primera ley ya fue creada en 1933 y fue un decreto del Ministerio de Agricultura que declaró el interés social de la conservación de los palmerales de Elche.

Elche posee un clima seco y caluroso y un río de agua salobre, lo que ha condicionado mucho los tipos de cultivos en la zona. La palmera resiste la salinidad del agua, por lo tanto fue una ventaja para su desarrollo.

La importancia del río Vinalopó

El agua proviene del pantano de Elche, una estructura del siglo XVII que se encuentra a 5 kilómetros de la ciudad y de su río Vinalopó. Este río fue aprovechado por los árabes en el siglo X creando la acequia mayor y diferentes brazales que se expandían por la ciudad y los huertos.

La palmera se planta formando un rectángulo delimitado por un montículo más elevado de tierra, lo que conseguimos es tener una forma de «piscina» que nos permitirá regar las palmeras por el sistema de inundación, es decir, se llena de agua la parte interna delimitada con el surco de tierra en donde crecen las palmeras.

Esta forma de plantación ha permitido el desarrollo de diferentes cultivos. Es un jardín vertical, en tres alturas, donde las palmeras crean una especie de microclima que permite la plantación de diversos árboles en la parte central y distintos cultivos.

La palmera se planta formando un rectángulo delimitado por un montículo más elevado de tierra»

Esto será aprovechado para poder tener diferentes tipos de animales, permitiendo el desarrollo de la comunidad. Esta forma de plantación se conserva hoy en día en Elche y es lo que podemos observar a lo largo de diferentes paseos propuestos para conocer la ciudad a través de sus palmeras.

En esta foto se pueden ver todas las diferentes partes que componen una palmera. La palmera es una planta de porte arbóreo, no es un árbol, por lo tanto no produce madera, está compuesta por fibras vegetales que aportan flexibilidad al tronco ante los empujes del viento.

Todo en la palmera es de utilidad. Su tronco se ha utilizado para fabricar bancos donde sentarse, columnas en las casas tradicionales tipo «riu rau», parte de los techos y mesas.

Su fruto, el dátil, ha sido utilizado además de ser comido para fabricar azúcar y destilar licores. Con la palma se fabricaban sombreros, escobas, bolsos y esteras. Sus palmas privadas de luz solar quedan de color blanco y mediante una serie de procesos serán utilizadas para la fabricación de la palma blanca, utilizada tanto en la procesión de Domingo de Ramos como en el Misteri d’Elx.

La palmera no es un árbol, por lo tanto no produce madera»

Tenemos palmeras macho y hembras, es difícil distinguir entre ambas fuera de época de floración pero si estás en Elche en primavera verás en las palmeras macho un plumerito que será utilizado para polinizar a la palmera hembra.

En la naturaleza la polinización la hace el aire pero en esta caso la realiza el palmerero mediante el «entaconado», cortan el plumerito de la palmera macho y lo esparcen en la hembra dando lugar en otoño al fruto, el dátil.

Una palmera puede llegar a alcanzar los 300 años y 30 metros de altura»

Tras la recogida del dátil se cortan las ramas secas del árbol para que siga creciendo alto y sano. Si plantamos un hueso de dátil se origina una palmera genéticamente distinta a la madre, pero si plantamos un hijuelo se origina una palmera con la misma información genética.

Una palmera puede llegar a alcanzar los 300 años y 30 metros de altura. Pero ¿Cómo saber su edad? se estima que de media crecen 1 metro cada diez años. Esta sería la forma de calcular su edad. La subida tradicional para recoger el fruto a esa altura era ayudado de una cuerda y unas espardeñas, zapatilla típica hecha de esparto.

El hortelano vivía todo el año en la zona agrícola que rodea la ciudad. Se dedicaba a cuidar de la palmera y los cultivos asociados, como son la vid, el olivo, el granado o la alfalfa siguiendo el sistema heredado de los árabes.

Toda la familia, incluso los vecinos, compartían las labores del huerto y trabajaban en ellos a diario, dedicando los días festivos o de lluvia a poner a punto las herramientas, confeccionar las cuerdas, tejer capazos, esteras y fabricar utensilios de cocina. Y así hemos crecido los ilicitanos, entendiendo la palmera como parte de la familia, de nuestro hogar.

En el Museo de San Plácido se puede conocer el uso tradicional de la palmera»

Si vienes a la ciudad te recomiendo visitar el Museo de San Plácido para conocer el uso tradicional de la palmera, donde podrás ver su sistema de riego por medio de acequias. Es un placer pasear por el huerto y ver los diferentes tipos de cultivo desarrollados en torno al palmeral. Es un remanso de paz en medio de esta ciudad, que aún siendo la tercera ciudad más grande nos ofrece muchos espacios donde el silencio y la naturaleza son los protagonistas.

Cuando visites el museo pregunta si está el palmerero porque si tienes suerte podrás ver una demostración de este oficio tan tradicional. Algo que es también digno de ver es la elaboración de la palma blanca.

Al lado del museo hay un taller donde se elabora esta artesanía tan tradicional en Elche. Merece la pena ir antes de Semana Santa, cuando el taller está en plena ebullición preparando las palmas de Domingo de Ramos.

Otro Jardín que te recomiendo visitar es el Jardín del Huerto del Cura. Jardín Artístico Nacional desde 1943. En este caso la palmera ha sido utilizada como elemento decorativo por su belleza ornamental, no por uso agrícola. Este jardín botánico de 13.000m2 acoge una casa tradicional, y la capilla original de principios del siglo XX del capellán José Castaño Sánchez, de ahí su nombre.

El jardín se compone de unas 1000 palmeras y plantas de los diferentes continentes. Recorrer el jardin es disfrutar de multitud de tonalidades verdes, colores vivos y de gran belleza.

En este jardin contamos con 55 palmeras dedicadas desde 1900 a personalidades que han hecho algo bueno tanto por Elche como por la humanidad. Se solían bautizar las palmeras con vino de la zona y se enviaban los dátiles a la persona en cuestión. Las últimas fueron dedicadas a los Reyes de España.

Aquí también podrás ver la palmeral imperial, que recibe el nombre gracias a la emperatriz de Austria, Sissi, después de que en 1894, tras una tormenta que obligó a su barco a atracar en Alicante, visitara la ciudad para observar este ejemplar. El capellán le dedicó la palmera y de ahí que se conozca como palmera imperial.

Esta palmera es especial porque los hijuelos nacen de una palmera macho y empezaron a crecer cuando la palmera ya tenía unos dos metros y casi treinta años. son 8 palmeras que se alimentan de la palmera central. Lamentablemente uno de los hijuelos se ha perdido hace unos años, pero sigue siendo tan majestuosa como siempre. Esta palmera es una de las más ancianas en Elche, ya que tiene algo más de 160 años de edad.

Desde 1918, cuando el capellán murió, el huerto fue subastado y pasó a manos de la familia Orts y es en esa época cuando empezó su transformación en lo que vemos hoy en día.

Otra actividad que puedes realizar es tomar el tren turístico que parte de la oficina de turismo de Elche, al lado del Parque Municipal, para adentrarte en los huertos y disfrutar del paseo sin cansarse.

Rutas para visitar Elche

Si por el contrario te apetece caminar te aconsejo que hagas la ruta del palmeral, el sendero del palmeral, o la ruta de palmeras singulares. Estas rutas te las puedes descargar desde la página de Visit Elche o puedes obtenerlas en la Oficina de Turismo al lado del Parque Municipal, otro jardín donde la palmera se utiliza como elemento decorativo.

Merece la pena dar un paseo y disfrutar de este parque que consta de cinco huertos con un total de 6 hectáreas en donde se encuentra el parque infantil de tráfico, el huerto del palomar, y el templete de música que era el punto de encuentro que se encontraba en la plaza de la Glorieta. También podemos ver el molino Del Real del siglo XVIII que se nutría de las aguas de la acequia Mayor y que distribuía sus aguas para los distintos huertos.

Podemos ver el centro de visitantes, donde se celebraba la feria industrial y donde se ubicó la Dama de Elche la primera vez que visitó la ciudad. Hoy en día muestra una proyección de la ciudad aunque está temporalmente cerrado. Pasear por el parque es encontrarse con estanques, patos, e incluso algún dragón escondido. Este parque es gratuito y su horario es de 7.00 de la mañana a 23.00 horas de la noche.

Si aún quieres conocer más no dudes en contactarme y podemos concretar una visita para poder descubrir todos los rincones de mi bella ciudad.

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