Qué visitar en Requena

A tan solo una hora de Valencia nos adentramos en un paisaje plagado de viñedos, tierras rojas, colores marrones, añiles…estamos en la Tierra Bobal.

Es uno de los términos municipales más extensos de España, con 814 kilómetros cuadrados aunque la población según el INE en 2018 era de 20.227 habitantes. Gran parte de esa extensión de terreno está ocupada por las vides que darán el producto más preciado de la zona, el vino. Visitar Requena es conocer su historia, su proceso, sus tipologías y formas de producción.

El vino llegó a Requena a través de los fenicios, hace 2500 años. Excavaron lagares en roca para elaborarlo y almacenarlo, dando lugar a la Solana de Pilillas, las bodegas más antiguas de la Península Ibérica. Desde entonces esta industria ha ido creciendo y perfeccionando el sistema de producción hasta el día de hoy.

La ciudad de Requena nos habla de esta historia, recorrer sus calles es conocerla. Hay un itinerario trazado que facilita la visita siendo el acceso por la principal cuesta, la del castillo, la cual da acceso a la vieja Villa.

Aquí nos encontramos en la parte más elevada de la ciudad, por eso se ubicó la fortaleza árabe, protegida por muros y torres y con un solo acceso a la ciudad. Era conocida como Al Rakkana, la fuerte, la segura, y así debía ser ya que en este lugar residía la máxima autoridad.

Puerto seco entre Castilla y el Reino de Valencia

Esta zona fue puerto seco entre Castilla y el Reino de Valencia, donde pagar los impuestos entre reinos. Su implicación en la Guerra de Sucesión dejó como recuerdo los túneles que recorren el Barrio De la Villa, para protegerse del asedio austracista.

De su época árabe también podemos observar la Torre del Homenaje, reconstruida por los cristianos en época de los Reyes Católicos. Llama la atención el adorno de cuerda y lazada del primer piso, a modo de envoltura de regalo. La pérdida del carácter defensivo de la ciudad tras la unión dinástica de los reyes de Castilla y Aragón.

La función de ambas construcciones ha ido cambiando a lo largo de los siglos, plaza de toros, trinquete, cárcel, sala de exposiciones…Hoy en día la Torre del Homenaje nos adentra en la historia de la ciudad gracias a un audiovisual muy interesante y la Fortaleza es utilizado como espacio lúdico.

Una vez pasada esta zona nos encontramos con la plaza de la Fortaleza, donde se ubicaban los cubillos o torres redondas que flanqueaban la entrada al castillo, el foso el puente levadizo y el patio de armas.

De aquí accedemos a la Medina, cuyo recorrido nos puede llevar a ver sus siete puertas de acceso y sus cuestas, una de las mas curiosas es la cuesta de las carnicerías, llamada así porque aquí se encontraban los proveedores de carnes de la ciudad

También se aprecia el trazado de sus calles angostas, laberínticas. Dos de las más curiosas son la calle Santa Maria y la calle Somera, en ellas podemos ver antiguas casonas que pertenecieron a los treinta caballeros de la nómina del Rey que repoblaron de la zona después de la reconquista en 1239.

De esta época de reconquista son las tres iglesias que podemos ver en la ciudad, de las cuales solo la Iglesia de Salvador está abierta al culto. Destacan las bellas portadas de la Iglesia de Santa Maria y la Iglesia del Salvador en estilo gótico florido Isabelino y ambas Monumento Nacional desde 1931.

Tesoros eclesiásticos

En la Iglesia de Santa Maria podemos ver la anunciación de la Virgen, la imagen de la Virgen con el niño en brazos rodeada de los doce apóstoles y coronada por figuras angelicales. Desgraciadamente las iglesias fueron muy dañadas en la Guerra Civil y se perdió mucha de su riqueza.

La Iglesia de San Nicolas fue declarada Bien de Interés Cultural en 2008. La Iglesia de Santa Maria y la Iglesia del Salvador con Monumento Nacional desde 1931.

La iglesia de San Nicolas es la más antigua de las tres, en la Guerra de Sucesión lamentablemente su pórtico gótico fue destrozado y restaurado posteriormente en estilo neoclásico. En su fachada podemos ver la imagen de San Nicolas, patrón de Requena. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2008.

Requena también fue conocida por ser el cuarto centro sedero de España, así lo atestigua la Casa del Arte Mayor de la Seda, donde podemos ver un telar y aprender sobre esta industria. Valencia solía proveer la materia prima y a través del puerto de Sevilla y Cádiz se exportaba a las Américas.

Requena fue conocida por ser el cuarto centro sedero de España

Gracias a la industria sedera, el cultivo de vid y cereales se enriqueció y triplicó sus habitantes. Desgraciadamente la pebrina y la peste causó en el siglo XIX una caída drástica de producción que no pudo recuperarse. Relacionada con esta época por albergar una fábrica de manufactura de seda es la casa de los Pedrón. Felipe II concedió a esta casa el derecho de asilo, tradición por la cual delincuentes y maleantes podían aferrarse a la cadena del perdón y no ser detenidos hasta no comprobar los hechos delictivos.

El tesoro escondido en las cuevas de la Villa

En la ciudad encontramos diversos lugares relacionados con el vino como Ferevin, la Sede de la Ruta del Vino, el Museo de la Fiesta de la Vendimia, o el Museo del vino. Un lugar importante es la plaza del Albornoz, o del coronel Ruiz de Albornoz. Aquí se han celebrado festejos, corridas de toros, nombramientos e incluso ejecuciones y hoy albergan un tesoro digno de ser visitado, las Cuevas De la Villa.

Estas cuevas fueron excavadas en época árabe. A pesar de ser sencilla la excavación dado el material que las compone (caliza y arcilla) es inevitable pensar las pésimas condiciones de vida de los jornaleros que excavaron los 1200 metros cuadrados que componen este lugar, la oscuridad, el polvo y la humedad que soportaban a cambio de un salario para poder sustentar a la familia.

Todavía podemos ver los respiraderos en el techo de las cuevas que además de aportar oxígeno en algunos casos la forma en sellar la cueva y conservar el grano. Aún podemos ver la escaleras que antaño eran utilizadas por los moradores de las viviendas superiores y los utensilios de arcilla para la conservación de los alimentos.

Las cuevas permanecieron escondidas hasta finales de los años 70 del pasado siglo

La arena y arcilla extraída fueron utilizadas para la construcción de las viviendas, que curiosamente volvieron a sepultarlas en el siglo XVIII. Cuando las casas a las que pertenecían fueron destruidas los restos colmataron esta joya que estuvo escondida hasta los años 70 del pasado siglo, cuando se pusieron en valor. Para ello se conectaron 22 cuevas que tuvieron diversos usos, funcionaron como almacén de grano, como bodega, como pozo e incluso osario.

Las tinajas eran utilizadas para conservar comida, almacenar grano, vino, aceite e incluso pan. Había formas de conservar estos alimentos para poder alimentarse en época de carestía, y muchos eran conservados en el pósito o cueva comunal.

El agua permitía la resistencia en caso de asedio. Requena tenía mucha en el subsuelo

La gran riqueza tanto de las cuevas como de la ciudad era el agua, ejemplo de ello es el pozo de 15 metros que podemos ver en estas cuevas. El agua era poder de resistencia en caso de asedio y Requena tenía mucha agua en el subsuelo.

Otra de las funciones de esta cueva fue el funcionar como osario De la Iglesia del Salvador y es que hasta 1813 la ciudad no disponía de cementerio municipal. Cuando la cripta de la iglesia no tenía más capacidad se utilizó esta cueva como fosa común hasta la creación del cementerio municipal, donde hoy descansan estos restos.

Dónde comer

Después de esta visita nosotros nos quedamos a comer en uno de los muchos restaurantes que hay en la ciudad. La oferta es amplia y me consta que la gastronomía es fantástica.

Nosotros nos decantamos por El Yantar, la cocina de Pilar y fue todo un acierto, un placer para el paladar. A mí me encantó la ensalada Food Xperience y el arroz meloso de secreto ibérico y boletus. Y por supuesto sus postres, no pudimos resistirnos a la tarta de queso y la torrija. En cuanto al vino…..déjate aconsejar…….estás en tierra de expertas y expertos en la materia. Si puedes reservar antes de ir puedes incuso comer en la cueva.

Si aún te quedan ganas por la tarde no me iría de allí sin probar una cata de vinos, hay muchas bodegas para ello, todas diferentes pero con nexo común, pertenecer a la ruta del vino y Tierra Bobal.

Si quieres seguir descubriendo, probar sus manjares y degustar sus vinos estaré encantada de poder mostrarte todo lo que este lugar tiene para ofrecer.